Cambia tu diálogo interno

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Seguramente más de una vez habéis escuchado a alguien decir algo parecido: “Yo hago todo por ellos y no me agradecen nada”. ¿Qué es lo que espera esa persona? Espera algo de los demás y cuando no lo obtiene, la emoción que experimenta es muy probable que sea tristeza, rabia o desilusión. Esto, inevitablemente, afecta a nuestro ánimo, porque todo aquello que nos decimos lo hace.

Muchas personas esperan muchas cosas de los demás. Ponen su felicidad en manos de los otros o interpretan que éstos deberían hacer algo porque ellos mismos, en su lugar, lo harían.

En primer lugar, no es sano esperar del otro aquello que queremos porque en cuanto no lo obtenemos, experimentamos emociones negativas que condicionarán la relación que mantenemos con el otro, además de mermar considerablemente nuestro ánimo. Como ya he mencionado, nuestro diálogo interior a menudo puede condicionar nuestro estado de ánimo. Si una persona espera de los demás algo que no llega a obtener, se dirá cosas como: “nunca hace nada por mi”, o quizás “no me quiere, porque yo siempre se lo demuestro pero él/ella no”. En este sentido entonces, es muy probable que esta persona se sienta mal y como consecuencia, la relación con esa persona a la que pueden referirse sus afirmaciones, se verá perjudicada.

Pero ésta forma de pensar y de hablarnos a nosotros mismos, no solo se da en las relaciones interpersonales, sino que puede aparecer en uno mismo. ¿Cuál sería la diferencia entre estas dos afirmaciones?: “Todo me sale mal y no valgo para nada” y “Esto que estoy haciendo quizás no me sale bien, pero existen muchas otras cosas que sé hacer bien”. La diferencia parece clara. En la primera afirmación rebajamos nuestra autoestima y nos incapacitamos, de modo que cuanto más nos repitamos esto, más creeremos que no tenemos competencias en nada. En cambio, en la segunda afirmación, está claro que quizás sepamos que no somos capaces de hacer algunas cosas, pero sabemos que podemos hacer muchas otras, y esto, no nos hará sentir mal, sino que reforzará nuestra autoestima, al contrario de lo que ocurre con la anterior afirmación.

Muchas personas suelen polarizar sus pensamientos, considerándolo todo blanco o negro y olvidándose que existen una gran variedad de grises. No se trata de decirnos cosas positivas o que todo lo que nos digamos sea bueno, sino de procurar decirnos cosas realistas. En el ejemplo anterior vemos que la segunda afirmación es más realista que la primera. No estaría bien decirnos “soy bueno en todo” para intentar animarnos, porque quizás esa no es la realidad. Por el contrario, se trata de ser consecuentes con la realidad y decirnos aquello que corresponde.

El tener que cambiarnos a nosotros mismos no es fácil, pero sí puede llegar a ser necesario. Para ello es imprescindible escucharnos. Saber qué nos estamos diciendo, porque constante e inevitablemente mantenemos un diálogo interior con nosotros mismos. El poder observar qué nos decimos nos permitirá cambiar aquello que no se acerca a la realidad y decirnos cosas más realistas. Con esto, lo que conseguimos es mejorar nuestro ánimo, no rebajar nuestra autoestima y, lo que es más importante, valorarnos. Además, esto también incidirá en nuestro comportamiento.

Escucharnos a nosotros mismos es el primer pilar que debemos construir para conseguir el cambio y, trabajar en ello, solo depende de uno mismo. 

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Un comentario en “Cambia tu diálogo interno

  1. molt b elinina!! ja el podries haver escrit abans no?? jajajajjaja

    El 12/03/2013, a les 12:29, «Elisabeth Turu» va escriure:
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