¿Tienes fuerza de voluntad?

 

“Lo que me pasa es que no tengo fuerza de voluntad”. ¿Cuántas veces habremos escuchado a alguien justificarse con esta frase ante un problema o ante metas que quiere conseguir pero pospone? Seguramente muchas. La persona procrastina para no enfrentarse a aquello que desconoce, le produce angustia o no se ve capaz de hacer.

En primer lugar, debemos partir de la idea fundamental de que la mayoría de las cosas que pretendemos conseguir pueden estar a nuestro alcance. Seguramente todos nos emocionamos y envidiamos a aquella persona que partiendo de no tener nada, lo consigue todo. Pues bien, esa persona no solo tiene fuerza de voluntad, sino que trabaja en este mismo concepto; lo refuerza y se siente motivada para conseguir el cambio.

Cuando hablamos de la fuerza de voluntad, no estamos hablando de un hecho dicotómico, es decir, no es que se tenga o no se tenga, sino que más bien nos movemos dentro de un continuum en el cual las personas nos situamos a nivel individual según la tengamos en menor o mayor medida. Aún así, ésta se puede aumentar, e incluso, en según qué momentos, podría disminuir. Lo que además tenemos que tener claro, es que la motivación va muy ligada a la fuerza de voluntad: a mayor motivación, más reforzada estará nuestra fuerza de voluntad para conseguir aquello que nos proponemos.

Así pues, lo importante es trabajar en ello. Primero deberíamos mantener la motivación en nuestro objetivo, ya sea perder peso, encontrar trabajo o tener éxito en nuestra carrera, de modo que va a ser más fácil trabajar en la consecución de lo propuesto si realmente tenemos la voluntad de conseguirlo. Y segundo, hay que utilizar unas sencillas técnicas para conseguirlo, ya que ante los fracasos, aunque la motivación inicial sea alta, la fuerza de voluntad disminuye.

Así pues, algunas de las claves a tener en cuenta serán:

Trabajar con objetivos específicos. Ejemplo: Nos va a costar más tener un objetivo vago e inespecífico como pensar que queremos perder peso. Es mejor fijarnos el objetivo de perder 5kg en un determinado tiempo y detallar qué haremos para conseguirlo.
Dividir el objetivo final en metas intermedias. Si, por ejemplo, tu objetivo es convertirte en un profesional de éxito, primero fórmate en la disciplina, consigue experiencia, realiza contactos con profesionales; en definitiva: escala posiciones. Del mismo modo, si tu objetivo es dejar de fumar, no lo dejes de golpe, reduce el consumo paulatinamente.
Mantén una actitud positiva. La actitud con que afrontamos los objetivos es muy importante. Frente a un fracaso, la actitud será quien decida si vas a continuar luchando por tu objetivo o no. Imagínate con el objetivo cumplido, verbaliza aquello que quieres conseguir.
Trabaja el autocontrol.
Traza un plan. Planea desde un inicio (puedes escribirlo), qué quieres conseguir, cuándo y cómo vas a hacer. Es importante el cuándo, ya que marcarse plazos impedirá que procrastinemos.
Celebra las victorias. Si consigues una meta intermedia, celébrala porque ya es un éxito y te ayudara en la consecución de la próxima meta que lleva al objetivo final.
Utilizar la técnica ‘intención de implementación’, que viene a ser algo así como tener un plan preestablecido. Por ejemplo, en el caso de tener el objetivo de dejar de fumar: “si alguien me ofrece un cigarrillo, me comeré un caramelo”. De éste modo, se evita la tentación substituyéndola por otra cosa, es decir: “si X, entonces Y”.
No a las listas de objetivos. Intentar dejar de fumar, hacer ejercicio, comer sano, ser una persona de éxito, apuntarse a una academia, etc, etc, etc. Intentar hacer todo a la vez a menudo lleva al fracaso. Asumir las metas una por una será más efectivo ya que, de lo contrario, el fracaso en una de ellas cuando se han fijado varias, repercutirá en la consecución de las demás.
Trabajar la autoestima. Si la mantienes alta conseguirás superar los pequeños fracasos y salir con mayor fortaleza de ellos.

Seguro que podríamos encontrar más claves para aumentar nuestra motivación y conseguir reforzar nuestra fuerza de voluntad, así que os animo a que propongáis las vuestras y de este modo todos podamos beneficiarnos de ellas.

Y finalmente, recuerda: Si trabajas en ello, puedes conseguir todo aquello que te propongas. Los límites los marcas tú.

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